IMPURO
Jaime Levy Maya
Terminan de dar cuenta de la blanda y cruda capa de pino del ataúd. En realidad no se han atrevido a comer la madera al suponer que un enorme banquete los espera más en lo profundo. De pronto el Guía lanza una atronadora advertencia al hambriento populacho.—¡Refrenad vuestro ímpetu y absteneos, hermanos!Y la multitud de gusanos que ayer abrazaron la nueva fe regresa por el camino de entrada en busca de alimentos puros.
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