sábado, 2 de agosto de 2008

Poder - José Luis Zárate


PODER
José Luis Zárate

Pensaban que era debido al mareo. La mujer de Noé no permitía el más mínimo roce de su marido. ¿Cómo explicar que la culpa era del Lobo, del Tigre, del León?
El mundo se deformaba en su presencia, ellos sangre, hambre, libertad de instintos y deseos.
¿Cómo decir que no podía olvidar los ojos llameantes del Tigre, y en esas llamas se iba perdiendo, imaginando el roce del Lobo entre sus manos, los músculos terribles del León sobre su piel, el aliento cargado de sangre como una ola sobre su carne y de que cada vez era más difícil no ir una noches de tantas, desnuda y estremecida, abierta a ellos para ofrecerse no sabía si al sacrificio, a la sangre, o qué otros apetitos?

1 comentario:

Olga A. de Linares dijo...

Muy bueno, José Luis, me ha gustado mucho tu cuento