NATURALEZA SABIA
Jorge Martín
Trabajaba de adivino, le habían aconsejado beber savia, una receta especial, para adquirir mayor conocimiento sobre el futuro. Ahora, cuando le venían a consultar, respondía por el destino de las plantas, cuando florecerían las rosas, las penas de la enamorada del muro, la nostalgia de los pinos, el aroma ceniciento de las calas. También le empezaron a crecer ramas, hojas en vez de pelo. Le salieron raíces en los pies, se veía obligado a limpiarlas para poder moverse. La gente se enojaba e insistía que les hablara sobre sus vidas.
—Poco importarían sus vidas si no existieran las plantas —les respondía. Ellos se marchaban dando un portazo, hasta que dejaron de ir a verlo. Se quedó sentado esperando que las raíces se hundieron en la tierra. Las ramas y las hojas lo cubrieron por completo. Al año siguiente estaba feliz, había dado sus primeros frutos.
—Poco importarían sus vidas si no existieran las plantas —les respondía. Ellos se marchaban dando un portazo, hasta que dejaron de ir a verlo. Se quedó sentado esperando que las raíces se hundieron en la tierra. Las ramas y las hojas lo cubrieron por completo. Al año siguiente estaba feliz, había dado sus primeros frutos.
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