Todo lo que tenía era una foto y un puñado de mensajes amistosos, nada que alentara semejante locura. Él era un pobre viejo solitario y ella una hermosa joven, en la flor de la vida. Seguro que estaba comprometida, tenía una pareja, ¿por qué suponer otra cosa? Ese viaje era un mamarracho.
Contempló una vez más el paisaje, trazos aceitosos de un pincel apático. Miró la hoja en la que había estado escribiendo y tachó una línea. Debo ser lógico, se dijo. Valeria era un sueño imposible, y él no tenía derecho a interferir en esa trama.
El ómnibus se detuvo en un pueblo; él se bajó y caminó hacia el desierto. Amanecía.
Valería se despertó de golpe, se sentó en la cama y tocó el hombro de su compañero.
—Tuve un sueño raro —dijo.
—Sólo un sueño —dijo él sin despertarse—. Dormite.
Contempló una vez más el paisaje, trazos aceitosos de un pincel apático. Miró la hoja en la que había estado escribiendo y tachó una línea. Debo ser lógico, se dijo. Valeria era un sueño imposible, y él no tenía derecho a interferir en esa trama.
El ómnibus se detuvo en un pueblo; él se bajó y caminó hacia el desierto. Amanecía.
Valería se despertó de golpe, se sentó en la cama y tocó el hombro de su compañero.
—Tuve un sueño raro —dijo.
—Sólo un sueño —dijo él sin despertarse—. Dormite.
1 comentario:
Si ya de por sí, considero un género complejo dentro de la literatura las ficciones cortas...
escribir una ficción corta enmarcada dentro de otra ficción corta.. es mostrar la destreza en el juego de las palabras !!!
Confiezo que no me alcanzó una lectura. Gracias por obligarme a detenerme en el tiempo y tratar de perderme .. en esa noche de Valeria.
Ana Lenzo
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