DISTANCIAS
J. Ignacio Merlo
Me había sentado a esperar… con pocas ganas y poco tiempo. Dispuesto a nada. Resignado y vacío. Solo. Había elegido, sin saberlo, esa puerta como una salida y a cada instante, mi ser se alejaba más de mi esencia. ¿Dónde había guardado los sueños de aquel mayo? Nunca supe bien por qué sonreí aquella tarde. Dejé a un lado mis sueños y me hice de sueños nuevos. Distintos. Y hoy, supe que la pena valió la pena, y que valió tu ausencia en mi voz.
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