ENFERMEDAD DE TRANSMISIÓN GENIAL
Sergio Patiño Migoya
Un genio estornudó una bolsa de monedas infinitas, un reino y la mujer más bella, para el hombre que había frotado la lámpara. Curado de ambiciones, el genio se marchó feliz, no sin antes contagiar la enfermedad al hombre, que fue absorbido por la lámpara. Desde entonces permanece a la espera de que otro desdichado lo libere. Llevará su tiempo porque, tanto o más que hermosa, la mujer resultó inteligente: con la bolsa y una loable habilidad para la intriga, llegó a ser soberana del reino. En el rincón más profundo de Palacio permanece la lámpara, a salvo de manos avariciosas.
Tomado de http://breventosybrevesias.blogspot.com/
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