Cuando una pequeña claridad irrumpe en la habitación, el hombre se incorpora. Mira con ternura a la mujer que yace a su lado, le acaricia el rostro y se levanta. Se viste con parsimonia. Sin hacer un solo ruido baja las escaleras y sale a la calle.
Cuando la mujer despierta, sonríe con nostalgia. La noche pasada junto a su esposo ha sido maravillosa. No importa que él haya muerto hace mucho y que todo haya sido un sueño.
4 comentarios:
maravilloso!
Me gustó mucho éste, Antonio.
Saludos lelos!!!
Y yo que creía que tenía sueños...
Bellísimo, Antonio. Felicitaciones.
Publicar un comentario