Sin pensar en las posibles consecuencias escaló hasta el último peldaño, se agarró fuerte al último hierro amarillo o azul, cruzó una pierna por delante y sobre si mismo se alzó todo lo que pudo hasta tocar el cielo.
Luego miró a su alrededor, el mundo entero a sus pies, ya nada podría resistírsele.
Era la grúa más alta de todo el barrio, y estaba deseando llegar a casa para contárselo a su madre.
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