sábado, 27 de febrero de 2010

Rebelión - Ruy Feben


La alarma del auto llevaba, no miento, doce horas seguidas sonando fuera de mi casa sin parar: un beep eterno que parecía el grito de un demonio.
Leer, ir a la TV, era imposible: parecía poseído. Pensé que alucinaba cuando oí la puerta vibrar, pero no: al acercarme la madera sonaba tenue, pero luego rugió con el alarido de un monstruo devorando la noche. El florero cayó de la mesita, el despertador gritó, el timbre repicó con insistencia: todos los sonidos del mundo revelándose contra toda ley.
Y entonces lo lógico. El lazo de la cortina ríe a carcajadas, me abraza por el cuello cada vez más fuerte, susurra: otro demonio enrarecido apaga el clamor de la noche.

Tomado de: http://elclaxon.arts-history.mx/


Fotografía: Carmen Carrillo. Hilos de luz.

2 comentarios:

María del Pilar dijo...

Muy buen cuento.

Florieclipse dijo...

Buenísimo, realmente. Me estoy convirtiendo en fan de Feben.