viernes, 5 de febrero de 2010

Metempsicosis romana - Héctor Ranea


Un mosquito picó a Julio César en las Galias. El mosquito fue devorado por un sapo. El sapo pasó a formar las huestes de sapos sagrados de los druidas anglos que lo llevaron con ellos a Stonehenge y fue devorado por un cuervo de Winchester. El cuervo fue capturado por los Beefeaters de Londres y lo prepararon en escabeche, que fue la última comida de Ana Bolena. El cuello de Ana lo devoraron diez gusanos gigantes pero los enterraron y ahí un topo ladrón se los llevó a un oso holgazán que después de desayunarse con gusanos, se murió ahogado en el Canal y una orca le comió un costado. La orca fue a la Patagonia donde quedó varada en Madryn y ahí unos zorros se la comieron. El zorro que comió más, corrió menos cuando los vinieron a matar los choiques porque habían roto sus nidos. El choique macho comió sin querer del seso del zorro. Maté al choique de un tiro de carabina. Comimos esa noche un guiso de alón, churrasco de picana de ese choique y pastas con jugo de garrón de choique. Soy Julio César.

2 comentarios:

Carlos Feinstein dijo...

Ogui ¿Somos lo que comemos? O nos alimentamos de nosotros mismos....
Lindo relato.

Víctor dijo...

El texto bueno, y el título, que ni pintado. Buen relato, Héctor.

Saludos.