Mi hermano es un tipo extravagante de esos que se encierran en la habitación mientras filosofean sobre nuevos conceptos. Talento tiene, de eso no hay duda y según dice, uno de sus mayores logros es un original lenguaje que permite expresar con exactitud fenómenos poéticos e indescriptibles. No suena nada mal, la verdad. Así, en su diccionario, la alegría experimentada tras una larga espera equivale a un ¡Din-don!, el paso del tiempo a un ¡Tic-tac!, un bello amanecer a un ¡Quiquirikiiii!, la muerte a un ¡Ssssss! eterno, el odio a un ¡Bum! y los orgasmos a un efusivo ¡Mmm!…
Lástima que haya olvidado incluir también el que define su triste soledad.
JUEGOS FLORALES 2024
Hace 2 meses
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