Lejana te fuiste de tu vida para volver a encontrarla, y dejaste lo bueno y lo malo, pero sobretodo, lo que te estorbaba. Después de eso te elevaste, te perdiste y te encontraste, te tomaste de la mano y aterrizaste y te fuiste caminando sin mirar atrás y lograste verte de espaldas después de darle la vuelta al mundo.
Sobre el autor:
Carlos Rodríguez Arévalo
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