Manuel se dedicaba a juntar maderas raras. Coleccionaba todo lo que podía de esas preciosidades desde que conoció al viejo que decía estar hecho de otra madera. Para comprobarlo, lo mató de un golpe con la maza de abrir barriles y comprobó que tenía razón el geronte. Estaba hecho de madera de ataúd.
Sobre el autor: Héctor Ranea
4 comentarios:
Aunque el cuento acabe por esos derroteros, hace sentir la pasión por la belleza de la madera. Una sustancia única, viva, que excita todos nuestros sentidos. Eso sí, cuando estaba ya casi a punto de soñar con preciosas maderas nobles, me despertó un garrotazo en la nuca...
Muy bueno, Héctor.
Es que están esos que dicen estar hechos de otra madera... bueno... Y eso, se me apareció este señor con la madera ideal... ¡Gracias Javier!
Al fin y al cabo... es la madera más noble que vestimos a lo largo de nuestra vida, ¿no?
terrible aunque pensé que iba a tener sangre verde...
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