Le habían encargado que escribiera un texto breve, una historia de sexo con alienígenas. Al autor de la idea la propuesta debió de parecerle luminosa, un reto para la imaginación que sólo sabrían desarrollar los superdotados. Sin embargo a mí me parece de lo más común: ¿no podría considerarse algo así como un coito entre un extraterrestre y un alienígena el momento en que un mosquito introduce su aparato bucal en la piel de un humano? ¿Por qué, si no, casi todos los afectados, llegado el clímax, exclaman con vehemencia “¡joder!”?
Anna Rossell Ibern
1 comentario:
¡Joder! Pues sí que salió bueno, este relato.
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