DO DE PECHO
José Luis Vasconcelos
El tenor selló su actuación con un impresionante Do de pecho. Apenas entró al camerino, extrajo de su boca un enorme sapo y lo puso sobre el tocador. El batracio saltó hacia el interior del espejo y, al instante, se convirtió en un apuesto príncipe.
La mujer arrojó a un lado el disfraz de cantante obeso y, muy feliz, fue a reunirse con su amado.
Tomado de http://rojanota.blogspot.com/
La mujer arrojó a un lado el disfraz de cantante obeso y, muy feliz, fue a reunirse con su amado.
Tomado de http://rojanota.blogspot.com/
2 comentarios:
-- maestro Vasconcelos, que falta me haria un espejo asi para convertir algunos de mis ronquidos en princesas, muy bueno gracias!
Alicia, la princesa, el príncipe encantado, un tenor que es soprano, y un do de pecho. Magnífica ficción.
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