El juego de las medusas – Héctor Ranea
De niños jugábamos a saltar sobre miles de medusas gigantes, platos gelatinosos que quedaban varados en las playas después de tormentas nocturnas. Como en una rayuela caótica intentábamos así alcanzar el mar sin confín.
Sucedió que una madrugada el amigo Esteban saltó sobre una trampa invisible disimulada como medusa muerta y desapareció. Que yo sepa, nunca más nadie jugó ese juego aunque en algunas playas aún pueda vérselas dispersas.
2 comentarios:
Precioso.
Gracias, NR!! Usted conoce esas playas, seguramente...
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