Se apagaron las luces del escenario y un aplauso prolongado quebró el silencio de la sala. El joven mago acababa de desaparecer en escena ante la absorta mirada del público, consumando una ilusión inexplicable y nunca antes lograda. Fue la última función del ilusionista, que jamás logró recordar la segunda parte del truco.
sábado, 4 de julio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario