lunes, 9 de noviembre de 2009

Fragmento Interrumpido - Saturnino Rodríguez Riverón


Si hemos de ubicar en el tiempo a esta pizca de infinito, acotar cronológicamente, con un desconocido y quizá inútil objetivo, el fragmento de eternidad, gota en el mar, grano de arena en la playa, en que nos fue otorgado vivir y padecer( tal vez sinónimos, reiterativos), habría que estamentarlo sin dudas en el Séptimo Día de la creación. Digan lo que digan los esperanzados apologistas de cualquier denominación, Dios no está en condiciones de escuchar nuestras voces de alabanza, lamento, o protesta. Fluye lo inconmensurable y transcurrieron ya seis jornadas, dispuestas una tras otra desde el principio. Infructuoso cualquier esfuerzo por gritar, maldecir, arrepentirse; alzar la voz de nada valdría, nadie escucha. Cualquier súplica tampoco será atendida. Estamos solos, habitando sin reclamos el Séptimo Día. Dios aún descansa.

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