Suelen encontrarse en la calle o en un parque y caminar un trecho juntos. Él dobla su bastón blanco plegable, porque le estorba, y le habla y le habla en voz alta, sin mirarla. La sordomuda despliega con elocuencia su lenguaje de signos.
No saben que a veces el amor es ciego. No saben que también puede ser sordo y mudo.
Tomado de http://www.letrasdechile.cl/
Ilustración: Toulouse-Lautrec "Aristide Bruant dans son cabaret" (fragmento)
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