Me convencieron dos amigos de la fábrica para que fuera a pescar con ellos al lago. Hay que ir de madrugada, justo antes de salir el sol, cuando una neblina flota sobre el agua. Me dicen que entonces los peces suben a miles, me explican también la leyenda de un pez enorme y hambriento que habita bajo las aguas y cuando ven mi cara de terror se burlan de mi credulidad. Me siento feliz en esta barca, pescando con ellos y luego el golpe, ya está, y oírles y saber que no era una leyenda y yo soy el cebo.
1 comentario:
Me encantó. En poquísimas palabras un cuento muy bueno. Felitaciones de mi parte. Neli :DDDDD
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