Cuando el temporal sacude las ramas y agita las hojas de los árboles, busco refugio en mundos escondidos en los poemas. Mientras el agua golpea los vidrios de las ventanas, abro un libro, me visto con sus cálidas palabras y me abrigo de la tormenta. Después, sólo quiero correr y dejar que la lluvia moje mi rostro, mi pelo, mi ropa. Entonces, cierro el libro y dejo de leer tus versos.
2 comentarios:
Bien! Esa poesía que surca siempre los textos de María y de Rafael se han fusionado perfectamente...
Qué lindo!
Publicar un comentario