Cansado de escribir microficciones decidió empezar una novela. El título elegido fue de por sí elocuente: Escalada. Y la técnica para realizarla, original y novedosa: el primer capítulo tendría dos palabras, el segundo cuatro, el tercero ocho y así sucesivamente, duplicando la cantidad de palabras en cada capítulo subsiguiente. Pero el defecto de la técnica estribaba en que el capítulo 19 tenía 524.288 palabras, el 20 superaba largamente el millón y el 30 andaba por arriba de los mil millones. No obstante el escritor no se desanimó. En un reportaje concedido al canal de la Mancha , confesó: —Menos mal que lo mío son las palabras; imagínense si se me hubiera ocurrido aplicar este sistema a la invención de un juego como el ajedrez, pidiendo como recompensa muchachas de 23 años o diamantes sudafricanos.
JUEGOS FLORALES 2024
Hace 2 meses
1 comentario:
Qué bien aprovechadas las potencias.
Publicar un comentario