El televisor se encendió solo, en medio de la noche. Apareció una cara que no conocíamos. Un hombre dando noticias de un mundo imposible. Nos quedamos toda la semana viéndolo, aunque su idioma nos era completamente ajeno. Algunos días después, sin embargo, el televisor se apagó y no hubo forma de volver a prenderlo.
A la mañana siguiente llegaron los primeros tanques.
Tomado del blog: http://memoriasdeldakota.blogspot.com/
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4 comentarios:
Estremecedor.Uno de esos micros que continúan en la mente del lector.
Excelente. El extrañamiento en estado puro. Lo desconocido se va metiendo en lo cotidiano hasta que lo copa por completo.
perfecto...se me viene la cara de Hitler...o la de Bush...
Sorprendido por lo que leí, zumo concentrado de ideas que se disparan en la mente del lector.
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