Intento escuchar a la teniente encarando a la Reina. Debo aparecer cuando le grita “¡Deja a Rodney, bestia!”. Espero.
Me da el pie. O eso creo. Usando dientes y garras, irrumpo provocando una explosión de vísceras sangrientas.
—¡Corten! ¡No ahora, maldición! ¡Repasa el guión!
Agitando su cola rabiosamente, el director pide un nuevo clon de Rodney.
Sobre el autor: Néstor Darío Figueiras
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