—Mami, ¿yo me voy a morir?
La madre traga en seco y mira al niño, ubicado un metro más abajo.
—Todos nos moriremos, en principio —responde finalmente.
—En principio o al final?
—Al final. —La madre se ilusiona con la posibilidad de que la conversación tome otros rumbos. Pero no.
—Ah. ¿Y cuando yo me muera no voy a estar más?
—Y... no.
—¿Y vos vas a estar?
—Bueno, spongo que no. La ley de la vida es que los padres se mueran antes que los hijos.
—¡Qué suerte!
—¿Qué suerte? ¿Por qué suerte?
—Porque así, cuando me muera, no me vas a tener que extrañar.
Sobre el autor: Sergio Gaut vel Hartman
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