Una enorme bola de acero atraviesa la medianera del antiguo caserón y arranca la cabeza de la anciana sentada frente al televisor.
Adherida a la bola, cruzando el aire con un gesto de satisfecha aprobación, la cabeza muere informada: de acuerdo con lo manifestado en el noticiero, un juez ha puesto fin a la ola de desalojos.
Tomado del blog Poesía y Microficción
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