Bajo la máscara no hay nada. A tientas la acomodo con cuidado cuando por las noches me la saco antes de acostarme. La espolvoreo con talco para que no se endurezca y por la mañana la limpio con un trapo empapado en alcohol y me la vuelvo a poner sin correr la persiana ni encender la luz. No quiero sorpresas.
Sobre el autor: Fernando Puga
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