PÁGINA EN SEPIA
José Vicente Ortuño
Sintió vértigo ante el abismo cegador de la página en sepia. Odiaba quedarse ante una página vacía durante horas, incapaz de hilvanar un relato o un artículo, pero era aún más odioso si se trataba de una hoja de papel reciclado. Le producía malas vibraciones no saber qué había contenido antes ese papel. ¿Tal vez las malas noticias de una página de sucesos? ¿Quizás esquelas mortuorias? ¿Un horóscopo más falso que un billete de seiscientos euros? En el peor de los casos podría tratarse de una novela mala, arrojada a la basura sin compasión por alguien que se sintió engañado al intentar leerla.
—¡Eh, tengo una idea! —exclamó y se puso a escribir: Sintió vértigo ante el abismo cegador de la página en sepia…
José Vicente Ortuño
Sintió vértigo ante el abismo cegador de la página en sepia. Odiaba quedarse ante una página vacía durante horas, incapaz de hilvanar un relato o un artículo, pero era aún más odioso si se trataba de una hoja de papel reciclado. Le producía malas vibraciones no saber qué había contenido antes ese papel. ¿Tal vez las malas noticias de una página de sucesos? ¿Quizás esquelas mortuorias? ¿Un horóscopo más falso que un billete de seiscientos euros? En el peor de los casos podría tratarse de una novela mala, arrojada a la basura sin compasión por alguien que se sintió engañado al intentar leerla.
—¡Eh, tengo una idea! —exclamó y se puso a escribir: Sintió vértigo ante el abismo cegador de la página en sepia…
3 comentarios:
He seguido con atención esta serie de "páginas". Muy buena idea. Felicidades.
¡Muy bueno, José!
Coincido...
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