domingo, 4 de enero de 2009

Le sacaron de sus casillas - Santiago Eximeno


LE SACARON DE SUS CASILLAS
Santiago Eximeno

Sentí sus manos cubiertas de sudor rodeando mi cuerpo, abrazándome. Temblé, pero él no pareció advertirlo. Quizá sólo estaba jugando conmigo, quizá mi presencia entre sus manos no le provocaba sensación alguna. Noté como dejaba resbalar sus dedos sobre mi cabeza, acariciándola. De pronto, sin previo aviso, me alzó y me introdujo en su boca, para posteriormente —oh, señor, cuánto me cuesta decirlo— escupirme al suelo. Allí quedé, aterrado, sin saber qué hacer, mientras una lluvia de figuras de marfil se abalanzaba sobre mí y oía su voz ronca desde la inmensidad de su trono:
—Abandono.

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