...Sergio Gaut vel Hartman entra a su inmensa biblioteca y agarra una de sus tantas compilaciones. Se sienta en su sillón, abre su libro y empieza a leer. Sin embargo, antes de llegar a la página cien, queda petrificado. A pesar de que quiere seguir leyendo, sus ojos se detienen y su cuerpo queda completamente inerte. Así permanecerá hasta que el escritor que narra su historia se decida a seguir escribiéndola. Porque aunque no lo sabe, él es un cuento, un producto de la ficción que un autor retoma cada tarde de cuando en cuando. Y aunque desee seguir con su vida, no podrá moverse hasta que el escritor se decida a empezar con el capítulo veinte...
Tomado de: http://estebandublin.blogspot.com/
3 comentarios:
Imaginemos que todos convertimos a Sergio en el personaje de una microficción... sería un ejercicio interesante (para todos, menos para él, claro).
Ah, no, lo avalo si me dejan escribir a mí también, si no no vale.
Bueno, yo voy a escribir sobre el tema. Pero antes, el sábado, voy a hacer una profunda investigación sobre este ser tan particular.
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