domingo, 12 de julio de 2009

Carta - Antonio Cruz


Paris: He recibido tu mensaje pero lamentablemente no podré acceder a tu pedido. No es mi culpa si te dejaste seducir por una casquivana. Por cierto es una mujer bella y sensual, pero muy complicada. Debes saber que me has ahorrado muchos dolores de cabeza, pero no es eso lo más importante. De hecho, esta guerra que estamos preparando nos dará la oportunidad de recuperar nuestro prestigio, por lo que desgraciadamente no puedo aceptar tus disculpas y su devolución. Debiste darte cuenta a tiempo amigo.
Menelao

PD: No me preocupa haber sido engañado. Mis escribas, coordinados por el ciego que tú conoces, trabajan ya en un poema en el cual se demuestra la existencia de un rapto y te atribuyen toda la culpa.

3 comentarios:

narvasu dijo...

Imaginativa y hermosa versión de los hechos. Me ha gustado mucho.
Saludos.
Rafa

Nanim Rekacz dijo...

Muy bueno, Antonio. Se lo remiti´ré a mi profesora de Literatura Griega Antigua.

María del Pilar dijo...

Está bueno, me gustó.