Mucha gente conoce la historia de Gregorio Samsa, el hombre que se convirtió en una cucaracha gigantesca. Pocos conocen la historia del otro Gregorio Samsa, la cucaracha que se convirtió en hombre diminuto. Gregorio Samsa fue repudiado y temido por su familia y amigos, un paria de su sociedad. Encontraron su cuerpo en un cucatrap, y la policía determinó que se había suicidado con un cóctel fatal de Baygón y gamexane.
Nadie ―excepto yo y ahora tú, querido lector― sabe que todo esto ocurrió porque un ángel novato tergiversó un par de archivos en la base de datos del Libro de la Vida.
Y nadie ―ni siquiera yo y menos tú, querida lectora― sabe qué es lo que pasó con ese ángel. No ha caído en el infierno ni tampoco en Berlín. Simplemente desapareció y eso fue todo.
2 comentarios:
Me gusta porque eleva la fatalidad, el sinsentido y el absurdo que rodea a Gregorio Samsa pero también todos nosotros, a nievel cosmico. Un ángel tergiversa archivos de la vida yluego desaparece, nada introduce más sinsentido en el mundo que ese hecho...
También me gusta porque ese tono fatalista cosmico es muy representativo de la obra de Kafka.
Saludos.
Rafa
Bien! Ahora voy y lo busco al fabricante de Cucatrap en Praga. Dame el shem! Ogui
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