El escritor descubrió un día que no quedaban cuentos, que todos habían sido ya contados. Preocupado, fue a ver al emperador para advertir de su descubrimiento.
El emperador escuchó sus razones y sus esfuerzos inútiles en busca de nuevas historias. Muy receptivo, sabedor de la importancia que tienen los cuentos y las ficciones para el pueblo, y lo necesarios que son para su bienestar, se decidió a solucionar el problema. Despidió cortés al escritor, agradeciéndole sus advertencias, e hizo llamar a sus bardos y a sus generales. Ante ellos, solemne e imperativo, señaló un país en el mapa.
Tomado de: http://cienpalabras.blogspot.com/
1 comentario:
Me ha gustado mucho porque parece sugerir que los cuentos dependen de la acción, de las iniciativas, de la vida. Y cuando éstas faltan los cuentos se acaban.
Muy bueno.
Saludos.
Rafa
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