La nieve cae sobre Praga. Mientras bajan las escaleras del hotel “Europa”, el hombre se vuelve a su esposa.
—Soñé que nos mataban a cuchillazos para robarnos.
—Tu y tus sueños —contesta irónicamente la mujer.
—Mis sueños siempre se cumplen —insiste el sujeto.
—Mentira —replica la mujer—. Hace veinte años que te aguanto y nunca se te cumplió ninguno —dice con la intención de hacerlo enojar.
—Sería prudente que no saliésemos del hotel.
—¿Y tú crees que por tus estúpidos sueños, que ya me tienen harta, dejaré de conocer ésta hermosa ciudad?
—Espero que no tengamos que arrepentirnos.
Un rato más tarde, mientras corre desesperado por los vacíos andenes de la estación de Praga Holosevich tapando con sus manos la herida que borborita en su costado, el hombre tiene la certeza de que, como siempre, su sueño se cumplirá inexorablemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario