Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años. Fue una de esas tragedias familiares que sólo alivian el tiempo y la circunstancia de la familia numerosa. Veinte años después mi hermano Eloy sacaba agua un día de aquel pozo al que nadie jamás había vuelto a asomarse. En el caldero descubrió una pequeña botella con un papel en el interior. "Este es un mundo como otro cualquiera", decía el mensaje.
JUEGOS FLORALES 2024
Hace 2 meses
1 comentario:
Las posibilidades de interpretación que ofrece el final son fascinantes. Buen relato.
Publicar un comentario