Hijo mío, ya no eres ningún alevín. Has crecido y es hora de que tengamos una charla de padre a hijo. Escúchame con atención. Se acerca tu primera vez y aunque la curiosidad te domine debes ser cauteloso. Yo mismo, de joven, estuve a punto de caer en la tentación, tenía hambre y el bocado era jugoso. Casi pierdo la cabeza, pero vi a tiempo el anzuelo y me salvé de la muerte.
Ilustración: "Padre e hijo" (detalle), de Claudio Bravo
2 comentarios:
Estupendo consejo, aunque desconfío de que surta efecto. La tentación es demasiado fuerte.
Saludos
A mim, lembrou-me a película infantil "Nemo" ;)
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