En la cocina pondremos a su madre, como si estuviera cocinando. Su padre en el sillón, de frente al televisor. Su hermana cerca de la ventana, como si regara las plantas. Estarán todos en su octogésimo cumpleaños. Recuerde: no se quite las gafas anaglíficas para ver los carteles, y será como si nunca hubiesen muerto.
Tomado de http://oscarroman.com/
Sobre el autor:
Oscar Román Alconada
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