La poderosa nave se elevó verticalmente desde la Tierra hacia el espacio. Segundos después era sólo un punto luminoso entre otros iguales que brillaban en lo alto.
Algunos animales que habían presenciado los preparativos de la partida, miraron asombrados al principio y luego comenzaron a aullar lastimeramente.
A bordo, el único tripulante estaba feliz de volver a su mundo después de permanecer tanto tiempo en ese planeta hostil. Ya podía olvidar sus relaciones obligadas con las bestias del lugar, que engendraron esas patéticas criaturas lampiñas, mezcla de simios y alienígenas.
Pero éstas jamás lo olvidaron. Pensaban en él como en un padre y siguieron esperando verlo regresar desde las estrellas.
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