sábado, 20 de agosto de 2011

Autoayuda - Fernando Puga


—Perdí la cabeza.
—¿Dónde?
—Ni idea ¿Cómo querés que me acuerde? ¿Acaso la memoria no está en la cabeza?
—¿Vos decís? Yo creo que está en la piel.
—Pero la piel se lava todos los días y el agua se lleva todo.
—Siempre algo queda y se mete por los poros; hasta la médula.
—¿La médula? ¿Y cómo carajo hago yo para saber lo que se deposita ahí?
—Bueno che, no te pongas loco. Aguantá un cacho que te busco la cabeza y la traigo.
—Dale, apurate. Mirá que ella está por venir y cuando estoy sin cabeza me pongo violento.
—¿No digas? ¿Te pasa seguido?
—¡Qué te importa! Vos andá y traela.
Y allá fui presuroso, no fuera cosa que se la agarrara conmigo y perdiera también el corazón.

Sobre el autor: Fernando Puga