lunes, 8 de agosto de 2011

Nota a un muchacho apenado – José Antonio Parisi


Mis músculos se aflojaron hechos trapo, y quedé colgado como barrilete en los cables. Encasquetadas sus capuchas, ellos se agitaban moviendo los brazos como hélices frente a sus fantasmas; la ola polar había bajado sobre Buenos Aires y sobre sus espíritus. Mi corazón también se había estrechado, pero se conservaba estoico; a diferencia de aquellos otros, que se dieron a las vidrieras, a los autos, a los fuegos.
Ese domingo sufrí, una banda carmín había envuelto el sol con un moño triste. Y llegó la noche. Pero a la mañana siguiente vi que el sol brillaba bien alto, y me guiñó un ojo. Una idea me asomó como duende de cucú: la banda era mi sueño, pero con aquellos hechos indignos, ya era un sueño impropio. Entonces, tácticamente decidí ponerme en la periferia de ese sueño ajeno; y cuidar, sí, el sueño de un pronto y seguro retorno.

Sobre el autor: José Antonio Parisi

1 comentario:

Nélida Magdalena Gonzalez de Tapia dijo...

Hola José muy lindo lo que escribiste. Éxitos.
Neli :)