He conseguido el empleo gracias a un conocido. Un amigo de la Universidad. He empezado esta mañana. Llevo tres horas buscando mi despacho. Siempre he sido muy tímido y me cuesta mucho preguntar. La gente me mira. Esa ventana me suena, creo que ya he pasado antes por aquí. Me han contratado de Subsecretario, pero no me acuerdo para qué Ministerio. Ahora tengo una necesidad —ya encontraré el despacho—: necesito saber donde está el lavabo mas cercano. Os juro que antes había visto un letrero que ponía cafetería. No veo a nadie. Espero que haya días mejores. Es prematuro decirlo, pero no me gusta mucho este nuevo empleo.
Tomado del blog Caleidoscopio
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