—La imaginación no tiene límites —pronunció solemnemente el árbol, extendiendo sus ramas como si fueran brazos y declamara algo importante.
—Ya. Lo imaginaba —respondió el pez que acababa de llegar volando para posarse en uno de esos brazos—. Sin embargo, a veces nuestra imaginación queda limitada por la pesada carga de la realidad, y no podemos aceptar que esta situación y esta conversación sean lógicamente admisibles.
Mientras tanto, una piedra despertaba en el suelo del bosque, con la sensación de haber tenido un sueño absurdo en el que animales y vegetales filosofaban.
Sobre el autor: Javier López
Imagen: The Magic Spiral Tree, de CuteandCreepyArt
3 comentarios:
Que precioso!!!
Tengo la loca fantasía de creer que en algún universo paralelo esta belleza pueda ser posible.
Serán por ello mas felices los seres humanos de ese mundo?
Gracias, Patricia!
La cuestión sería saber si los árboles no hablarán en este mundo y no los estamos escuchando... seguro que sería muy interesante saber lo que piensan.
Patricia Nasello dijo...
Tengo la impresión de haberlo leído. Sigue pareciéndome una hermosura de cuento.
Un abrazo, Javier
18 de agosto de 2011 09:57
El Titán dijo...
deje de fumar las hierbas del divino sol, por favor...
El cuento: excelente...
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