El androide se acostó a dormir, y pasó un largo tiempo sin poder conciliar el sueño. Era la nueva versión de persona artificial, tan perfecta ésta, que había emulado a sus modelos humanos en el estrés diurno e insomnio nocturno. Entonces, comenzó a contar ovejas, todas ellas tan artificiales como él. Y ya dormido, soñó con ovejas eléctricas.
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