Volvió al jardín después de la sequía. Derramó lágrimas de estrellas. El azul cae miedosamente sobre las hojas, desde la cuenca gastada de los ojos, sobre la superficie del silencio.
El suelo se abrió en marrones desesperados, en borbotones de sangre vertiginosa. De la misma tierra, la raíz oscura, la fue devorando. "Dar es morir" Intentó sublimar, mientras iba desapareciendo entre el fango.
Extraido del blog Ninfotéricas
No hay comentarios:
Publicar un comentario