EL COBARDE
Alejandro Bentivoglio
El agua de la pileta era muy azul. Unas nenas jugaban con unas muñecas al costado. Bruno se quitó la remera y se acercó hasta el borde. Ahora me tiro, se dijo. Pero no lo hizo. El asado ya estaba listo y algunos se sentaron a comer. Después llegó la tarde y la noche y las nenas se metieron en la casa.
Ahora me tiro, se dijo Bruno, en el borde de la pileta, sin remera, temblando de frío.
Ahora me tiro, se dijo Bruno, en el borde de la pileta, sin remera, temblando de frío.
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