ESPERA
José Luis Zárate
En los bordes exteriores la tela se había roto y pastores y ganado aprovechaban el hilo, los pocos sobrevivientes. Más adelante las colinas estaban completamente cubiertas y el color del tejido dominaba el horizonte. El Héroe sabía que en medio de ello no esta Aracné —como todos pensaban— sino su esposa que había jurado tejer hasta su regreso. Las columnas se habían derrumbado, los árboles cayeron hace mucho, la tierra yacía estéril y muerta bajo ese manto interminable. Odiseo miró su reino cubierto y dio la vuelta. No podía luchar contra ello, no quería averiguar cuál era el peso exacto de su ausencia.
Ilustración: M.C.Escher
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