INVASIÓN
Iván Olmedo
Comenzamos con una naranja. Usando nuestro Rayo, dispersamos sus átomos y la recompusimos en el interior del planetoide hueco que habíamos construido para tal fin, a cinco mil millones de kilómetros de distancia. Nadie se percató de su desaparición. Seguimos con una oveja. Su pastor la echó en falta al hacer el recuento, pero tres días después se convenció de que jamás la encontraría, ya que los lobos la habían devorado. Éxito total.
Una casa abandonada en pleno campo no fue mayor problema para nuestro Rayo. Pasaron meses y hubo extrañeza, pero la casa fue olvidada y aceptado el misterio. La desaparición de un avión de combate no pudo ser ignorada, pero ante la evidencia y la falta de pistas para recuperarlo se impuso la resignación.
Nos llevará tiempo, pero la Tierra será conquistada. La robaremos átomo a átomo.
Una casa abandonada en pleno campo no fue mayor problema para nuestro Rayo. Pasaron meses y hubo extrañeza, pero la casa fue olvidada y aceptado el misterio. La desaparición de un avión de combate no pudo ser ignorada, pero ante la evidencia y la falta de pistas para recuperarlo se impuso la resignación.
Nos llevará tiempo, pero la Tierra será conquistada. La robaremos átomo a átomo.
3 comentarios:
Muy ingenioso!!
Hombre, gracias... es más bien como la idea de un tebeo de la EC. Je...
Hace poco reporte mi auto como robado, pero despúes de leer tu creativo cuento, tengo incertidumbre...
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