viernes, 10 de octubre de 2008

Molinos - Héctor Ranea


MOLINOS
Héctor Ranea

Eusebio descubrió años atrás que desde cierto peñón en las cercanías de Consuegra, los molinos de Alfonso Quijano se ven como si fueran gigantes. En verdad, las aspas de los molinos parecen transmutar en brazos enormes y sus techumbres en horrendos rostros. De vez en cuando, sobre todo cuando se pasa de alcohol, lleva a algunos turistas al promontorio. Cada vez que lo hace vuelve diciéndose a sí mismo que no lo volverá a hacer. Los visitantes, de hecho, se abalanzan contra los supuestos gigantes y terminan destripados por las manazas de los secuaces de Mambrino. La Guardia Real no acierta a desfacer tales entuertos.

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