¿ESTÁS AHÍ?
Ricardo Juan Benitez
Todavía no se acostumbraba a esa soledad. La casa parecía inusualmente grande y solitaria. Sobre todo por las noches. En especial esa noche tormentosa. Ruidos en todo el caserón. Harto de dar vueltas en la cama se levantó. Un ruido en el fondo del pasillo llamó su atención.
Él sabía que era imposible. Sabía que estaba enterrada más allá del bosquecillo de pinos. Sabía que luego del golpe en la cabeza ya no lo molestaría más. Pero, sin embargo, preguntó:
—¿Estás ahí?
Y su corazón no soportó escuchar el susurro a sus espaldas.
—¡Sí!
Él sabía que era imposible. Sabía que estaba enterrada más allá del bosquecillo de pinos. Sabía que luego del golpe en la cabeza ya no lo molestaría más. Pero, sin embargo, preguntó:
—¿Estás ahí?
Y su corazón no soportó escuchar el susurro a sus espaldas.
—¡Sí!
1 comentario:
Buenísimo, espeluznante, me encantó
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