PRÉSTAMO
Jordi Cebrián
Necesitaba dinero con urgencia, y me recomendaron a unos prestamistas que no hacían demasiadas preguntas. No me gustó el local, unos billares abandonados donde me recibió un señor, cruce de contable y cantante de tarantelas, al que acompañaban dos enormes ayudantes. Me dieron tantos billetes como pedí, y yo tuve que dejarles nombre y dirección. Los ayudantes se los anotaron en sus respectivas agendas. Cuando sea el momento, pasaremos a cobrar, me dijeron con voz queda y mirada torva. Me fui algo intranquilo. Estoy seguro de que venderán mis datos ilícitamente y se me llenará el buzón de correo comercial.
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